Sin los cupos de exportación, se podría cambiar el mapa agrícola nacional Maizar se ilusiona con sembrar un mar de maíz

Autor: MAIZAR / Fecha: 16/05/11

“Se puede conseguir sembrar un mar de maíz”, se ilusionó Santiago del Solar, presidente de la Asociación Argentina de Maíz...

“Se puede conseguir sembrar un mar de maíz”, se ilusionó Santiago del Solar, presidente de la Asociación Argentina de Maíz y Sorgo (Maizar), en el primer panel del congreso Maizar 2011. Del Solar explicó que, con la apertura de las exportaciones, se evitarían los descuentos que sufre el productor en el precio del cereal y su cultivo sería más rentable que el de la soja en la mayoría de las zonas productivas del país. 
La afirmación surge de la comparación de los márgenes brutos de ambos cultivos, a partir de los precios actuales del maíz y de los que percibiría el productor sin la intervención de los mercados. El estudio consideró un descuento promedio de 33 dólares por tonelada de maíz, aunque la semana pasada las quitas llegaron a los 50 dólares.
“Si las exportaciones estuvieran abiertas, el margen del maíz superaría ampliamente al de la soja, en algunos casos, por más del 100%”, dijo del Solar. Esto ocurriría, por ejemplo, en el centro de Santa Fe, Córdoba Norte, Sur de Santa Fe, entre otras zonas productivas.
Pero habría cinco regiones productivas que se beneficiarían especialmente, ya que en ellas los números del maíz, comparados a los de la soja, hoy no cierran. Además, son las que más necesitan de la rotación. Es el caso de la región Centro, que con exportaciones abiertas tendría un margen superior al de la soja en un 37%; el NOA, 31%; el Este, 11%; el Chaco santiagueño, 6%. En el caso de la zona semiárida, la diferencia sería un 1% menor en relación a la soja, realidad que le permitiría decidir con libertad respecto de sembrar un cultivo o el otro. Como resultado de esta diferencia, se podría incorporar alrededor de un millón de hectáreas de maíz en la campaña próxima.
“Este debería ser el año del maíz”, dijo del Solar. “Dadas las intervenciones en el mercado del cereal, el aumento de área en argentina de maíz no crece en relación al incremento de los precios internacionales. Si bien hay un crecimiento, éste tiene gusto a poco”, agregó.
El presidente de Maizar señaló que en el mundo “la demanda de maíz crece mas rápido que la oferta, entre 12 y 15 millones de toneladas al año en los próximos 10 años. Pensemos que la Argentina hoy exporta 16 millones de toneladas”. También destacó el fuerte incremento que tendrá la demanda para uso industrial. “Sin embargo, el área sembrada en la Argentina responde lentamente a estos estímulos externos”.  
“La presión de la demanda de alimentos hay que verla como una oportunidad y no como una amenaza. No debemos ponernos a la defensiva, sino todo lo contrario, tenemos que subirnos a la ola y aprovechar la corriente a favor”, expresó del Solar.
Alberto Morelli, vicepresidente de Maizar, estuvo a cargo de la apertura del congreso. Durante su disertación señaló: “Si crece la producción primaria, también crecen en forma armónica sus transformaciones, las cuales continúan con el agregado de valor para, de esta forma, realizar un círculo virtuoso de desarrollo. Desarrollo Federal. Ya que nuestra cadena está presente desde donde un animal, sea vacuno, porcino o aviar, come maíz o sorgo, o hasta donde se producen las transformaciones industriales más complejas como en la molienda húmeda o la producción de etanol”.  Justamente “crecimiento y desarrollo federal” son los lemas del congreso de este año.
Lorenzo Basso, secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, aprovechó el congreso Maizar 2011 como caja de resonancia para anunciar que el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación aprobará el evento biotecnológico 1162.  “Se hará a pesar de que todavía no está aprobado ni en Estados Unidos ni en Europa” como en otros países del mundo. Por eso, Basso pidió que los productores se comprometan a utilizar ese grano para comercializarlo internamente.   
Además, comentó que ya está delineado un marco regulatorio nuevo, que “permitirá bajar a menos de 20 meses el tiempo para aprobar un evento transgénico. Eso nos va a dar mayor competitividad”, aclaró.