Autor: Congreso MAIZAR 2018 / Fecha: 05/06/18
Como muestra de que el valor agregado no solo está en los productos finales de la cadena sino muchas veces al principio, el Congreso Maizar 2018 fue vidriera también de innovaciones, un campo propicio para pymes con apoyo científico. Sobre estos temas disertaron Lorenzo Basso, presidente de UBATec; Guillermo Salvatierra, CEO de FRONTEC y Fernando Scaramuzza, coordinador del proyecto Agricultura de Precisión del INTA Manfredi, moderados por Juan Minvielle, vicepresidente de Maizar, en el panel Más productividad, más rentabilidad.
“El agro es el sector que más ha innovado en la Argentina, no hay otro más innovador”, aseguró Lorenzo Basso, presidente de UBATec, durante el Congreso Maizar 2018, realizado en Buenos Aires. “Tenemos que empezar a pensar en agregar valor a la producción primaria y es el productor el que va a tener esa tarea por delante”, añadió.
UBAtec SA fue fundada en 1991 por la Universidad de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina y la Confederación General de la Industria, para promocionar y fomentar la transferencia de tecnología.
En materia de innovación, el sector semillero es uno de los más dinámicos, dijo Basso. “Hemos implementado un laboratorio de genómica, que es el más importante del país, para ayudar a las pymes del sector a realizar análisis de marcadores moleculares”, contó en el panel que compartió con Guillermo Salvatierra, CEO de Frontec, y Fernando Scaramuzza, coordinador del proyecto Tecnologías de Agricultura de Precisión del INTA Manfredi, moderado por Juan Minvielle, vicepresidente de Maizar.
Para el presidente de UBAtec, la innovación no sólo nace en las corporaciones y en los centros universitarios, sino también en las pymes, por lo que remarcó que es necesario generar integraciones entre esos actores.
“En la Argentina no es sencillo articular relaciones entre empresas e investigadores”, argumentó, para luego indicar que entre los proyectos incubados en UBATec se encuentra un dron que detecta presencia de malezas para realizar aplicaciones selectivas de herbicidas, que hoy está siendo desarrollado por una firma que tiene a productores agrícolas entre sus accionistas.
Basso además dijo que sería necesario consolidar mecanismos de desgravación impositiva para promover inversiones de empresas en proyectos de innovación tecnológica, dado que, por las características de la economía argentina, el sector privado no suele destinar una suma importante de fondos para ese propósito.
Por su parte, Scaramuzza opinó que el desafío de aumentar la productividad en el agro “definitivamente pasa por la incorporación de nuevas tecnologías a sus procesos productivos, que permitan mejorar el rendimiento de los cultivos y, a la vez, reducir los costos de insumos y mano de obra”.
El especialista del INTA señaló que por medio del distribuidor neumático por presión y con ubicación de semilla sin rebote es posible realizar siembras de maíz a altas velocidades y con mayores niveles de precisión.
También mostró resultados de evaluaciones realizadas en el marco del Proyecto Nacional Agricultura de Precisión del INTA Manfredi, en base a pruebas comparativas con sembradoras equipadas con el sistema de control de carga (amortiguador hidroneumático) en el copiado frente al sistema tradicional de resortes.
En cuanto a la profundidad de siembra, se concluyó que la concentración de semillas entre rangos aceptables para una correcta germinación y una emergencia uniforme fue mayor en la siembra con copiado controlado que con resorte tradicional.
Guillermo Salvatierra comentó las características de Frontec, empresa controlada por Invap Sociedad del Estado, que desarrolló una plataforma tecnológica que combina los avances de la ciencia aeroespacial e informática para ofrecer soluciones de gestión agronómica a las empresas del sector.
Salvatierra mostró ejemplos de ambientaciones de campos realizadas por medio de datos satelitales, que posteriormente se emplearon para instrumentar protocolos de fertilización variable –según la aptitud de cada ambiente– que permitieron optimizar el uso de insumos para generar mayores eficiencias productivas. También comentó que el sistema permite monitorear anomalías o situaciones de estrés de cultivos por medio del seguimiento de imágenes satelitales.
“Con estas tecnologías podemos cerrar brechas entre el conocimiento disponible y la dificultad para aplicarlo por falta de datos suficientes”, explicó Salvatierra.
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