Autor: MAIZAR / Fecha: 09/05/06
Participación de Maizar en la Food Industry Codex Coalition:
Entrevistamos a Janet Collins integrante de Monsanto USA
- ¿Cuál fue el motivo de su viaje a la Argentina?
Janet Collins: El motivo fue convocar a un encuentro, que se realizó el día lunes 29 de noviembre en el hotel Crillón de Buenos Aires, para exponer las actividades e inquietudes de la Food Industry Codex Coalition (FICC), y plantear la necesidad de hacer algo acorde con nuestra actividad en los EEUU a nivel nacional.
Lo que quería saber era qué estaba pasando en la Argentina con este tema y
con Latinoamérica en general, para empezar a trabajar más a nivel mundial. El
objetivo es que alguien en la Argentina se ocupe de llevar a cabo ésa
representación.
- ¿Cuáles son los principales intereses de la FICC?
J.C.: Lo que hacemos es defender los intereses de las diferentes
industrias y sectores de la cadena alimenticia, ante el Gobierno de los EEUU que
son quienes describen el Codex. La idea es evaluar la influencia de cada uno de
los puntos que se incluyen en el Codex, de manera que beneficien no sólo a las
industrias sino también al consumidor.
- ¿A que se refiere la FICC cuando habla de análisis de riesgo?
J.C.: Nosotros defendemos que el análisis de riesgo de un producto alimenticio, tiene que estar basado pura y exclusivamente en un fundamento científico, conducido de una manera objetiva, y manejado por comités científicos. Sólo éstos procedimientos son los que van a determinar el riesgo para la comercialización de un producto u otro, y no otro tipo de barreras. El riesgo a la hora de decidir si comercializar un producto o no en determinado mercado, debe ser medido exclusivamente a través de estándares impuestos por procedimientos científicos y no por otros.
Nosotros en la FICC creemos que para medir el riesgo de comercializar un
producto debe probarse su inocuidad, sanidad y calidad. Otras cualidades, como
la procedencia por ejemplo, pueden ser datos que empañen el comercio
igualitario, ya que mientras se asegure que el alimento es absolutamente sano, y
de determinada calidad, no debería influir el lugar de origen, y de esta
manera, todos los países tendrían para un mismo producto, la misma capacidad
de acceso a un determinado mercado.
- ¿Cuál es la postura de la FICC ante las nuevas normas de etiquetado que están en discusión?
J.C.: Nosotros sostenemos que el Codex debería asegurar que en las
etiquetas figure sólo la información mínima que asegure que el producto es
sano, y que posee determinadas componentes y características nutricionales.
Toda información extra creemos que juega en contra del libre comercio
internacional. Por ejemplo, el consumidor no debería enterarse si una fruta es
sudafricana o argentina, siempre y cuando la calidad y sanidad sea la misma.
Esos datos, podrían influir en la decisión del consumidor, y nos parece un
error, una competencia desleal.
- Respecto a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), ¿usted piensa que tampoco debería mencionarse nada en las etiquetas?
J.C.: Si uno quiere poner en las etiquetas que su producto es libre de OGM, está bien, está en su derecho, puede ponerlo como información adicional, pero no tiene porqué ser obligatorio y además, en caso que decidiera agregarse, el responsable del producto tendría que ser capaz de probarlo con algún mecanismo que tenga el soporte científico suficiente.
Nosotros en la FICC pensamos que agregar un dato así en los alimentos
solamente serviría para incrementar los costos, ya que no es fácil probar hoy
en día que un producto es libre de OGM, y que esta suba en los costos actuaría
perjudicando al consumidos final, que es quien deberá pagarlo, sin ningún
beneficio adicional. Nos parece absolutamente innecesario agregar ese dato
debido a que la calidad y la inocuidad de un OGM no se ven en absoluto
modificadas.
- ¿Cuál es su vínculo con Crop Life?
J.C.: Monsanto es miembro de Croplife, que es una organización
internacional que trabaja a nivel mundial para el desarrollo de nuevas
tecnologías para la producción de alimento, para la defensa del consumidor, y
la promoción de productos alimenticios. En ese sentido venimos trabajando con
Crop Life en distintas partes del mundo, y me parece que Crop Life Latin America
podría ser una buena organización para que tome las riendas del asunto de la
FICC. Por suerte hemos tenido muy buen feed back, así que espero que esto sea
el comienzo de una alianza de la FICC con Latinoamérica.
- ¿En que aspectos podría contribuir MAIZAR para colaborar con las actividades y objetivos de la FICC?
J.C.: Me parecería muy interesante que una organización como MAIZAR
se vea involucrada y colabore con las actividades de la FICC, ya que el hecho de
abarcar toda la cadena de maíz, incluyendo desde el productor hasta la
industria, es un gran beneficio a la hora de plantear necesidades ante posibles
modificaciones del Codex.
- ¿Ha quedado conforme con el encuentro realizado aquí?
J.C.: Creo que fue muy importante haber venido a la Argentina, ya que tuvimos la oportunidad de demostrar a los productores y empresas que es necesario encontrar a alguien, formar una organización, que se haga responsable de defender los derechos en la formulación del Codex.
Nuestro objetivo a futuro es formar una organización análoga a la nuestra
en los EEUU, que haga las mismas actividades que la Codex Coalition allá, y
reunirnos periódicamente para evaluar el estado de situación.
- ¿Pudieron definir los pasos a seguir para que eso sea posible?
J.C.: No quedó en claro en esta reunión quién podría ser el responsable, pero hubo una muy buena respuesta por parte de todos los que asistieron, mucho interés, y la idea es seguir en contacto para ver cómo se forma una coalición semejante a las ya existentes en otros lugares del mundo. Ya lo hicimos en partes de Asia, en la India, y ahora nos reunimos en Australia. Definitivamente creo que es posible, debido a lo planteado en el encuentro, y que estamos encaminados para iniciar un grupo organizado en la Argentina.