Autor: MAIZAR / Fecha: 25/07/06
La cadena del maíz argentino ante el desafío de los
biocombustibles
La Argentina enfrenta hoy uno de los desafíos más grandes de la historia: el negocio de los biocombustibles. Nuestro país está en la actualidad con fuertes posibilidades de participar, y ser protagonista, de una revolución tecnológica que se encuentra en gestación. El desafío consiste en aprovechar la oportunidad de abastecer al mundo con alimentos y energía renovable.
Estimamos, en consecuencia, que debemos insertarnos con firmeza en esta nueva posibilidad pues quedar afuera sería perder una fuente de energía vital para nuestro desarrollo futuro. Es por ello que MAIZAR, como entidad coordinadora de la cadena del maíz, ha asumido el compromiso de sentar las bases para el desarrollo exitoso del etanol producido a partir de maíz en la Argentina y quiere cumplir con este objetivo, mejorando el nivel de vida de nuestra población y creando oportunidades de educación y trabajo digno para todos.
Pero esto no es tarea fácil, pues resulta fundamental que los objetivos y
políticas públicas y privadas coincidan para alcanzar los objetivos deseados y
se desarrollen los mecanismos de coordinación necesarios para que todo el
conjunto de participantes logre su máximo desarrollo en tiempo y lugar
adecuados.
¿Por qué producir biocombustibles en Argentina?
En tal contexto, el primer interrogante que surge es: ¿Por qué producir
biocombustibles? La respuesta surge al analizar los posibles destinos de la
producción:
o el autoconsumo,
o abastecer el mercado interno y
o proveer al mercado internacional.
- Autoconsumo
La producción de etanol para autoconsumo en Argentina no es atractiva en el momento actual debido a que gran parte de las flotas de vehículos nafteros que existían en el pasado se transformaron a GNC y para el caso de un productor de maíz no es habitual un gran consumo propio de nafta para reemplazar por etanol.
El caso del biodiesel es distinto ya que existen muchos empresarios agropecuarios que producen granos oleaginosos y sostienen un alto consumo de gasoil que sí es posible de reemplazar por biodiesel.
En cualquier caso, el productor debe ser muy exigente con la calidad del biocombustible que va a suministrarle a su motor, ya que los daños causados por la utilización de un biocombustible de mala calidad podrían tener costos de reparación altísimos.
- Mercado Interno
En caso de producir biocombustibles para abastecer el mercado interno, la ley Nº 26.093 establece que a partir del año 2010, la totalidad de los combustibles expendidos en territorio Nacional deberán tener un 5% de biocombustibles en su formulación. En el caso del gasoil, su corte con biodiesel al 5%, demandaría unos 600 mil metros cúbicos de biodiesel al año.
En el caso de las naftas, su corte con etanol al 5%, demandaría unos 185 mil metros cúbicos de etanol anuales, para cuya producción serían necesarias unas 475.000 toneladas de maíz, equivalentes aproximadamente a la producción de 75.000 hectáreas. De acuerdo a datos aportados por la SAGPyA, la pasada campaña fueron sembradas con maíz alrededor de 3 millones de hectáreas, por lo tanto, estas 75.000 hectáreas requeridas no perturbarían sensiblemente aquellas grandes variables que afectan los negocios del resto de la cadena del maíz argentino.
De las cifras expuestas, se observa que si bien el volumen de maíz necesario para cumplir con la ley es interesante, no es una cantidad que cause una modificación sustancial de la cadena del maíz en relación a la situación actual. En otras palabras, para 3 millones de hectáreas sembradas, 75 mil hectáreas más o menos no es algo significativamente distinto.
- Mercado Internacional
El tercer análisis que debemos hacer para comprender la verdadera magnitud de este desafío es el mercado internacional de biocombustibles.
Éste viene madurando día a día, especialmente en los últimos seis meses. En la última reunión donde estuvimos participando con MAIZAR, el congreso Biofuels Markets Américas, llevado a cabo recientemente en Río de Janeiro, observamos por primera vez a los países oferentes tanto de biocombustibles como de tecnología para producirlos, entre ellos se destaca especialmente Brasil.
Los países demandantes como Japón, UE, EEUU, India, China, y Rusia, son cautelosos y demuestran interés debido a que sus legislaciones les exigen incorporar etanol en mezcla con naftas en un breve período. En este grupo sucede en casi todos los casos que las materias primas de propia producción susceptibles de ser transformadas en biocombustibles son insuficientes para cumplir con la demanda.
Para comprender la relación de volumen que existe entre el mundo de las commodities agrícolas -de donde se extraen los biocombustibles- y el universo de los combustibles usados en el transporte -donde estos serían utilizados- veamos los datos del "Informe de Movilidad 2005" del Consejo Empresario Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD).
Allí se detalla que en el sector de los transportes, el consumo mundial de combustibles rondará este año los 2.500 millones de metros cúbicos de gasolina equivalente, de los cuales, alrededor de un 47% corresponden a naftas, un 30% a gasoil, un 12% a combustible de aviación y el remanente a otros combustibles -GNC, GPL, etc-. Según este estudio, el parque automotor, que hoy comprende alrededor de 900 millones de vehículos, triplicaría su cantidad para el año 2050, mientras que en ese mismo lapso el consumo de combustible solo se duplicaría, principalmente debido al aumento en la eficiencia en el uso de los combustibles.
El mundo produce poco menos de 700 millones de toneladas de maíz, que si fueran transformadas a etanol en su totalidad, alcanzarían para producir 240 millones de metros cúbicos de etanol, equivalentes a poco más del 10% del consumo total actual de combustibles. La producción mundial de aceites vegetales es de 100 millones de toneladas y si esto fuera en su totalidad a producir biodiesel para transporte equivaldría a un poco más del 10% del consumo total de gasoil para transporte, sin incluir el uso de gasoil o fuel oil para calefacción o motores fijos.
El trabajo "Hechos y Tendencias Hacia el 2050" del WBCSD muestra
con claridad como toda fuente de energía alternativa debe ser desarrollada para
poder cubrir la creciente demanda mundial. Dentro de ésta los biocombustibles
son una pequeña fracción que es indispensable desarrollar al máximo sin
comprometer la alimentación de una población que crece y aumenta su nivel de
vida en forma global.
El etanol en distintos países
El etanol es el único biocombustible con uso obligatorio en la mayoría de los países del globo y su producción encuentra su máximo desarrollo en dos países, Estados Unidos y Brasil, aunque China, India y la UE están en forma muy acelerada desarrollándola.
En los Estados Unidos está en plena expansión la producción de etanol fabricado a partir de maíz. En la actualidad, se estima que la producción de etanol proporciona más de 300.000 puestos de trabajo en dicho país, entre directos y relacionados, estimulando muchas áreas rurales. Lo cierto es que la producción de etanol a partir de maíz en los EEUU crece a razón de un 30% al año, recientemente han inaugurado su planta de procesamiento número 100 y en la actualidad hay otras 30 en construcción.
Este año, dicho país destinará alrededor 53 millones de toneladas de maíz a su producción, valor que por primera vez en la historia superará al saldo exportable, hecho que está ejerciendo una presión alcista sobre los precios del cereal. Al mismo tiempo, las estimaciones indican que con los elevados precios del petróleo esta tendencia continuaría. Recordemos que EEUU es el primer exportador de maíz del mundo con alrededor del 65% del mercado.
Las leyes para evitar la contaminación ambiental son muy estrictas en ese país. La primera fue el "Clean Air Act" -ley de aire limpio- ha determinado ciertos límites para la emisión de toneladas de gases de efecto invernadero, luego siguió el reemplazo del aditivo oxigenante a las naftas MTBE por ETBE producido a partir de etanol y por último, a partir del 2006, la "Renewable Fuels Standard -leyes de combustibles renovables" que comienzan a forzar la sustitución de combustibles fósiles por etanol.
La legislación más reciente ha establecido que para el año 2012, todos los combustibles fósiles deberán ser cortados con etanol al 10%. Considerando que las 53 millones de toneladas destinadas a etanol solamente alcanzan para cortar la totalidad de las naftas consumidas en ese país en un 2,5%, su objetivo de alcanzar un 10% de corte en la totalidad de las naftas antes del año 2012 va a requerir de unas 212 millones de toneladas de maíz.
Brasil es desde hace tiempo el líder en Latinoamérica con más de 18 millones de metros cúbicos de etanol producidos en el año 2005. En respuesta al aumento en el precio del petróleo en la década del 70, el gobierno del Brasil implemento en el año 1975 el programa Proalcool para producir etanol a partir de caña de azúcar y así sustituir el combustible de los automóviles y reducir sus importaciones de petróleo. Merced a esta política, Brasil logro adicionalmente, exportar este año 2 millones de metros cúbicos a excelente precio.
En una conferencia de prensa brindada recientemente, el presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva afirmó que "Brasil en el siglo XXI será la primera potencia energética del planeta". Y agregó, que "Brasil se dispone a aprovechar sus ventajas comparativas en materia de suelos y producción agrícolas".
En la Unión Europea se ha dispuesto un conjunto de medidas legislativas y exenciones fiscales para promocionar los biocombustibles. En un informe reciente, la Comisión Europea señala que el creciente empleo de biocombustibles supondría numerosas ventajas para la UE. La legislación establece que en cada estado miembro deberá comercializarse una proporción mínima de combustibles renovables. El objetivo es que la totalidad de las naftas y el gasoil estén mezcladas con biocombustibles al 5.75% antes del año 2011.
En 2004 la UE produjo 1,2 millones de toneladas de cereales y 1 millón de toneladas de remolacha destinados a producir bioetanol, lo que representa el 0,4% de la producción total de cereales y el 0,8% de remolacha. El uso de aceite de colza (6 millones de tons) para fabricar biodiesel ya superó a su uso alimentario y su precio aumentó alrededor de un 20% en los últimos años. El objetivo de que la UE alcance un 5.75% de cuota en el mercado de biocarburantes antes de 2011, exige el cultivo de 17 millones de hectáreas y es un hecho que no ve a resultar posible lograr el autoabastecimiento.
Entretanto, en China se han impuesto el objetivo que para el año 2020 el 10%
del total de combustibles líquidos usados sean biocombustibles. El parque
automotor está creciendo en China a un 23% anual, un ritmo vertiginoso, ya que
pasaron de tener 2 millones de vehículos particulares en el año 1993, a 12
millones en el 2003. De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad
Tsinghua, para abastecer esta demanda, China necesitará 22 millones de
toneladas de etanol y de acuerdo a la productividad potencial solo podría
producir la mitad, por lo que va a necesitar importar unas 11 millones de
toneladas. China es el mayor productor asiático, con más de 1.000 millones de
litros anuales, producidos en un 80% a partir de granos. Ya ha construido la
mayor planta del mundo y está montando otra de mayores dimensiones. Esta
situación, genera una oportunidad muy grande para la Argentina porque China
emergerá como importador de maíz después de ser exportador en los últimos 10
años.
Como crear una cadena de biocombustibles: el cliente, el producto, el mercado y el precio.
Si de acuerdo a lo expuesto anteriormente, es en el mercado internacional donde existen las mayores posibilidades para el etanol Argentino, por volumen y por su potencial crecimiento, el siguiente paso necesario para un correcto análisis de este negocio implica la comprensión de cuatro componentes: el cliente, el producto, el mercado y el precio.
- El cliente
En relación al cliente la primer pregunta que cabe hacerse es ¿Porqué los clientes están decididos a usar biocombustibles?
Lo primero que comprenden hoy los ciudadanos del mundo es que el consumo de energía es el combustible para el crecimiento y la necesidad básica para el bienestar económico y social. De acuerdo al estudio presentado por la WBCSD en la COP 10, para el año 2050, la población mundial podría aumentar a alrededor de 9 mil millones de habitantes y, ese crecimiento en la población, sumado a un aumento en los estándares de vida, conducirán a un substancial aumento en la demanda de energía para las próximas décadas.
El segundo aspecto a considerar es el de la sustentabilidad ambiental. En contraste con el brusco incremento en la demanda de energía que se producirá, para el año 2050, las emisiones globales de dióxido de carbono a la atmósfera, deberían estar en niveles similares a las del año 2000, evidenciando además una tendencia descendente. La atmósfera no resiste más emisiones de dióxido de carbono y otros gases responsables de provocar el efecto invernadero y generar el calentamiento global del planeta, amenazando la vida de todas las especies. La cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, creció en el último siglo de 280 ppm a 370 ppm, principalmente debido al uso de combustibles fósiles, pero también debido a otros factores que están relacionados con el aumento de la población y el crecimiento del consumo. En este contexto, el mundo entero explora la posibilidad de disponer de fuentes alternativas de energía. El proceso para desarrollar combustibles provenientes de fuentes renovables, que fueran económicamente viables y menos contaminantes que los de origen fósil, ya había comenzado en la década del '70, pero se aceleró en la década del '90 al tomarse conciencia de las consecuencias del efecto invernadero. Una evidencia de ello fue la reciente ratificación y entrada en vigor del protocolo de Kyoto, una obligación jurídica que involucra a treinta y nueve países industrializados a reducir o limitar las emisiones de los seis gases principales causantes del efecto invernadero.
El tercer aspecto a tener en cuenta es que los biocombustibles poseen un gran potencial para dinamizar la inversión, crear nuevos empleos y generar un mayor valor agregado en la producción agropecuaria. En las naciones más adelantadas, éstos no son considerados únicamente desde el punto de vista ambiental sino que la visión preponderante es que los biocombustibles constituyen una propuesta ambientalmente apta, con extraordinarias connotaciones económicas y sociales para los países en desarrollo.
Es por ello que, cada vez es mayor la tendencia mundial a otorgar un diferencial impositivo a favor de las iniciativas que promocionen el desarrollo, la producción y el uso de este tipo de combustibles. Las inversiones en nuevas plantas de producción de etanol, los desarrollos tecnológicos asociados y los gastos propios de su producción generan un efecto positivo sobre la economía estimulando la demanda global, especialmente en las comunidades rurales donde se localizan las plantas de producción, creando en el área de influencia nuevos puestos de trabajo. Los biocombustibles son vistos como un motor para el fomento del desarrollo de las zonas marginales y son importantes en la lucha contra la pobreza en las zonas agrícolas más pobres.
En este sentido, es importante tener en cuenta, que los clientes son extremadamente exigentes respecto de la calidad del producto que, aunque esté producido en zonas más pobres, debe contar con la misma calidad con la que hoy nos abastecen los surtidores de las empresas petroleras más importantes del mundo.
El cuarto es el síndrome del terrorismo, ya que la importación de petróleo desde los países árabes está asociada a la financiación de actividades terroristas.
- El producto
El aspecto siguiente a analizar para intentar comprender esta nueva cadena de biocombustibles, que debe ser eficiente y competitiva, es el producto, tanto el etanol como sustituto o complemento de la nafta, como el biodiesel como complemento del gasoil.
Estos dos productos no son idénticos a los que reemplazan y su uso en los motores poseen algunas características particulares, por lo tanto, resulta indispensable que en toda la cadena de valor se investigue cómo maximizar su eficiencia, tanto en la adaptación de los vehículos por parte de las automotrices, como la logística y el transporte para evitar su contaminación.
Un aspecto fundamental en relación al producto de un país que intente ser oferente en el mercado mundial es mantener una oferta constante durante todo el año. Los quiebres de stock en el mercado energético son sumamente críticos y, por lo tanto, resulta indispensable que la materia prima empleada para la elaboración, en el caso del etanol el maíz, esté disponible en la cantidad necesaria. Esta cuestión debe ser cuidadosamente planificada ya que en el caso de la Argentina, debe abarcar desde el productor de maíz hasta el transporte, acopio, la producción del etanol y su exportación.
Un aspecto fundamental al analizar un producto en el mercado, y a la hora de tomar la decisión de elaborarlo o no, es si en el futuro podrá mantenerse competitivo y disminuirse su costo de producción. En el caso del etanol, observamos que el maíz, su principal materia prima, es un cultivo que viene aumentando en gran magnitud su rendimiento por hectárea y todavía tiene mucho margen de crecimiento. También son importantes los avances logrados en los últimos años en los EEUU, el país más avanzado en la producción de etanol a partir de maíz, en la eficiencia de transformación del maíz en etanol, obteniéndose rendimientos cada vez mayores.
El ultimo aspecto a analizar, es si éste podría ser fácilmente sustituido por otras fuentes de energía. En este sentido, los principales estudios desarrollados a nivel mundial respecto de este tema, indican que las fuentes de energía renovable que podrían utilizarse como sustitutos de los biocombustibles no son ni de fácil desarrollo ni de fácil acceso. Por lo tanto, se evidencia que aun hasta el año 2050, tanto el petróleo, -nafta y gasoil-, como los biocombustibles que hoy se están imponiendo, -etanol o biodiesel-, seguirán siendo esenciales para el transporte mundial.
- El Mercado
También en este análisis es fundamental comprender el mercado. En relación al internacional resulta fundamental conocer el rol que juegan las empresas petroleras en los países de destino, ya que éstas son las responsables de la distribución de los combustibles.
Por otro lado, en este nuevo mercado hoy se observa una gran participación de los gobiernos, negociando tratados entre los distintos países, como en el caso de EEUU, el tratado de libre comercio con Perú o las negociaciones que está llevando a cabo Brasil para ingresar libre de aranceles a EEUU. Además, países como Japón y China están comenzando a analizar inversiones en aquellos países que podrían ser sus proveedores de biocombustibles en el corto o mediano plazo.
Asimismo, resulta fundamental el conocer si será fácil la aparición de nuevos competidores en otras zonas del mundo que hoy no son consideradas como productoras y también evaluar si quienes participan de este mercado serán entre si muy competitivos y duros o, por el contrario, cooperativos para mantener un mercado adecuadamente abastecido y confiable, que permita a todos los actores obtener la máxima rentabilidad posible con los menores costos.
- El Precio
El último aspecto a analizar es si los biocombustibles son más caros que los combustibles fósiles a los que reemplaza. En este sentido, observamos que por primera vez en la historia el precio del petróleo aumenta a causa de un incremento en la demanda y no de conflictos bélicos o alianzas comerciales.
Además, es importante tener en cuenta cuánto inciden los costos de producción en la formación del precio. En estudios difundidos recientemente, distintos países declaran sus costos de producción de etanol: Brasil declara estar produciendo etanol a partir de caña de azúcar a U$S 0.20/l, Australia, que también lo produce a partir de caña de azúcar a U$S 0,27/l, EEUU, que lo produce con maíz, a U$S 0,29/l y, en este último caso, es interesante resaltar que sus costos de producción vienen bajando en forma muy significativa desde la década del '80. Según el trabajo que realizó el licenciado Gustavo Vergagni para MAIZAR, "La Industria del Etanol a partir de Maíz ¿Es factible su desarrollo en la Argentina?", en el año 2004, el costo de producir un litro de etanol en nuestro país era de U$S 0,17/l.
Para efectuar este análisis, debe tenerse en cuenta que el mercado mundial
de etanol viene creciendo aceleradamente en los últimos años y cada vez está
más influenciado por los precios del petróleo. Existen cuatro mercados en el
mundo donde existen futuros y disponibles para el etanol que son el Chicago
Board of Trade, NYSE y los mercados de San Pablo y Londres. En el caso de
Brasil, el etanol se comercia en el surtidor a U$S 1/l.
Conclusiones
De acuerdo a lo aquí expuesto, el desarrollo de una industria de etanol producido a partir de maíz, se perfila como una alternativa muy rentable, creadora de puestos de trabajo y desarrolladora de las economías regionales.
Según muchos expertos la demanda de biocombustibles a nivel mundial recién está comenzando. Brasil es, hoy en día, el único oferente organizado que está exportando a gran escala y desarrollando una estrategia, a nivel Nacional, para abastecer a los mercados internacionales.
Los mercados agrícolas son altamente protegidos y subsidiados, disminuyendo la competitividad de los países en desarrollo, sin embargo, no sucede lo mismo con el mercado de la energía, por lo tanto, la vinculación del mercado agrícola con el energético a través de los biocombustibles forja un prometedor horizonte.
Es clave lograr que los objetivos públicos y privados coincidan y que la nueva cadena de biocombustibles desarrolle los mecanismos de coordinación necesarios para lograr niveles máximos de eficiencia y desarrollo.
En síntesis, si la Argentina quiere participar de este emprendimiento, debe desarrollar una estrategia público-privada, que involucre desde el máximo nivel del sector público y privado, hasta al actor más pequeño. MAIZAR viene trabajando desde su fundación en este sentido, por lo que convocamos a todos los posibles actores de esta realidad a acercarse y participar en la construcción de este nuevo desafío.