Autor: MAIZAR / Fecha: 18/04/07
Energía, alimentación y cambio climático: los nuevos desafíos.
La humanidad enfrenta hoy tres desafíos de complejísima superación. En primer lugar, incluir a los miles de millones de seres humanos que carecen de acceso a alimentos y energía para su adecuado desarrollo. En segundo, producir los alimentos y la energía necesarios. Y, por último, hacerlo evitando el apocalíptico daño al ambiente que se pronostica a partir de la quema de combustibles fósiles -según el informe de las Naciones Unidas difundido hace pocos días y la conocida película de Al Gore-.
Sabemos que la energía es esencial para el desarrollo económico y social. La demanda de energía viene aumentando considerablemente a medida que los países en desarrollo expanden sus economías y superan la pobreza.
En estos días, menos de un 20% de la población mundial tiene acceso a la energía requerida para alcanzar los altos estándares de vida que gozan los países desarrollados. El acceso a fuentes de energía moderna es decisivo para resolver la pobreza y los problemas de educación, salud y empleo de las comunidades.
Para que los ciudadanos de los países en desarrollo logremos niveles de vida similares a los desarrollados debemos trabajar para mejorar la eficiencia en el uso, la diversidad y el desarrollo tecnológico de las fuentes de energía necesarias para el hogar, la industria, el transporte y la generación de electricidad.
Combatir la pobreza
Más de 100 mil millones de dólares gastan anualmente los gobiernos para subsidiar agricultores en los países desarrollados. Hace unos años este monto alcanzaba los 300 mil millones de dólares. Estas políticas de subsidios masivos, que llevan más de 50 años de vigencia en el mundo, han tenido un efecto destructivo sobre la capacidad de los otros países para desarrollar sus cadenas agroindustriales y hacerse económica y socialmente autosuficientes.
En principio han generado enormes excedentes de alimentos y materias primas como maíz, que son volcados al mercado mundial o transformados en otros productos como carne vacuna, leche en polvo, manteca o pollo, para llegar a los países en desarrollo en distintas formas.
El impacto del ingreso de estos productos en casi todos los países en desarrollo y su competencia desigual, ha significado la caída de áreas sembradas y, en muchos casos, la disminución de las capacidades productivas y transformadoras de esas materias primas en productos de mayor valor. Una realidad que acarrea el desempleo de millones de personas en muchos sectores de la sociedad, no solo en el agropecuario.
El papel de las Energías Renovables
La necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles está permitiendo que estos enormes excesos agrícolas sean canalizados y que los países que no podían aumentar sus producciones de materias primas agrícolas como el maíz, el sorgo o la caña de azúcar hoy estén invirtiendo en la construcción de una nueva base alimenticia y de energía renovable.
Este extraordinario fenómeno de desarrollo agroindustrial se ve en todos los países en desarrollo del mundo. En cada uno de estos casos, se están desarrollando las tecnologías, las inversiones industriales, de ingeniería, de cultivo, y todos los aspectos necesarios para poder crear cadenas de valor donde antes solo había desempleo y desesperanza.
¿Qué implica el Etanol?
La producción de etanol es un proceso biológico que genera un combustible líquido que sirve para los motores de combustión interna. También permite obtener un alimento de alta calidad para la producción de carne o leche en un alto porcentaje del maíz procesado, y propicia electricidad a partir de la quema del bagazo, rastrojo o biogás.
En la visión actual del recambio de las fuentes de energía se ve claramente que no existe una energía mágica que vaya a reemplazar a los combustibles fósiles. Por el contrario, observamos que el uso de éstos se debe racionalizar de todas las maneras viables mientras se desarrollan todas las fuentes de energía alternativa posibles.
Existe consenso acerca de que la fuente natural de energía de la tierra es el sol y que la forma más eficiente de captura de la energía del sol la realizan las plantas mediante la fotosíntesis. El sol también nos transmite su energía a través del agua que circula por los ríos que nos dan la energía hidroeléctrica y el viento que puede generar electricidad en las “granjas eólicas”, además de la energía directa del sol que calienta paneles de agua o activa celdas fotovoltaicas.
La Visión
La solución para erradicar el hambre y la pobreza en los países subdesarrollados no está en la distribución de los excedentes de los países ricos sino en desarrollar estrategias locales, provinciales y nacionales para que los ciudadanos, desde los más alejados hasta los más céntricos, puedan tener acceso a las oportunidades de educación, salud y empleo. ¿Cómo se logra? Aprovechando los propios recursos, cultivando los suelos y creando las industrias y los servicios necesarios para crecer en forma sustentable, como podemos ver hoy en muchos países de América, Asia y África.
En este nuevo esquema mundial la Argentina tiene una oportunidad increíble. Tenemos las fortalezas que hacen falta para desarrollar una nueva cadena agroindustrial enfocada en la energía renovable, liderada por la innovación tecnológica en ingeniería, agronomía, metalmecánica, comercio internacional. Estas herramientas son las que nos van a permitir aumentar el área sembrada en las zonas más alejadas y menos competitivas y desarrollar nuevos cultivos energéticos, su biotecnología y su genética.
El mundo nos da la oportunidad de asumir un nuevo rol de proveedores de energías renovables para los usuarios de otras partes del mundo que no disponen de los recursos naturales y de oferentes de las tecnologías que esos países demandan.
Tras esta visión trabaja MAIZAR como cadena. Apoyados en el optimismo que nos da visualizar este nuevo camino que nos abre el mundo, para el cual Argentina tiene las herramientas y solo debe desarrollar estrategias público-privadas que involucren a todos los niveles desde Gobiernos hasta los actores en apariencia más pequeños de nuestra sociedad detrás de una visión de país y un objetivo en común.
MAIZAR trabaja desde su fundación en este sentido, por lo que convocamos a quienes crean que el cambio es posible a acercarse y participar en la construcción de esta nueva realidad.
MAIZAR -Asociación Maíz Argentino-