Hacia una ganadería de precisión

Autor: MAIZAR / Fecha: 02/06/10

Hacia una ganadería de precisión

Alfredo Santillán sostiene que la ganadería debería aprender de la agricultura para ganar eficiencia y avanzar hacia una forrajicultura y una ganadería de precisión.

La ganadería en la Argentina debería encaminarse hacia un proceso de mayor profesionalización para ganar eficiencia y competitividad frente a la agricultura, que en las últimas décadas incorporó nuevos conocimientos y tecnologías, creció en rendimientos y en superficie, y desplazó a los bovinos hacia zonas marginales.
“Propongo que aprendamos de los agricultores, seamos más eficientes, más profesionales y competitivos, y hagamos una forrajicultura y una ganadería de precisión”, sostuvo Alfredo Santillán, ex asesor del Movimiento CREA, que hoy maneja 14.000 hectáreas ganaderas ubicadas en el oeste bonaerense.
A su entender, hoy existe una mayor demanda de eficiencia en toda la cadena: comienza por nuevas exigencias de los frigoríficos a los feedlots, y se extiende hacia los procesos de cría y recría. Según Santillán, estos requerimientos no sólo representan un desafío para los productores, sino también una oportunidad de progreso.
El especialista destaca que la ganadería de precisión se basa en cuatro pilares que son básicos para la actividad (alimentación, manejo, sanidad y genética), pero a la vez hace hincapié en la necesidad de ponerlos en práctica de un modo más profesional, haciendo un manejo racional de los recursos.
En este sentido, asegura que hoy hay disponible una gran cantidad de herramientas para utilizar, entre las cuales destaca la posibilidad seleccionar mejores cultivos y manejar de forma ajustada cada ambiente. No obstante, advierte: “Lo primero que hay que lograr es una apertura mental, empezar a pensar como empresarios”.

Alimentación
Según Santillán, “es necesario mejorar la calidad de la cadena forrajera, que ha ido cambiando porque los ambientas cambiaron. La agricultura nos fue corriendo a ambientes marginales, donde no sabíamos producir. Por eso, hacer ganadería en los bajos, implica mejorar nuestros conocimientos sobre la producción de agropiros, festucas, reigras, tréboles, maíces, sorgo y pastoreo, por ejemplo”.
En definitiva, la ganadería actual se desarrolla en un contexto muy diferente al histórico. Se trata de una nueva realidad, que obliga a incorporar nuevas herramientas, “como los sorgos, la soja y los maíces de pastoreo, híbridos RR y MG”, entre otros, señalo.
Santillán busca avanzar hacia una forrajicultura de precisión, con cadenas forrajeras de alta producción, donde cada ambiente se maneje en función a sus capacidades productivas. En el establecimiento que maneja, que comprende 14.000 hectáreas, explica que se determinaron seis ambientes distintos y prácticas ajustadas a cada uno de ellos, basadas en una planificación de los recursos forrajeros y en la medición de las tasas de rendimiento.
“Los ganaderos tienen que aprender a medir. Tenemos que aprender de los lecheros, que son el emblema de la medición en vacunos. Sueño con un tambo de carne”, afirmó.
Dentro de la cadena forrajera, Santillán considera que “el maíz se posiciona como un muy buen verdeo de verano, y que empieza a tener, de la mano de la siembra directa y de los cultivares RR, la posibilidad de generar, en años buenos, una cosecha de granos para los campos de cría”. Y agregó: “Es una herramienta útil, pero depende de un manejo ajustado a las necesidades de cada año y empresa”.

Manejo
“Si te rompés el alma produciendo los mejores híbridos, y después la cosecha no es buena, el esfuerzo es estéril. Por eso es necesario capacitar al personal para mejorar la cosecha de forraje. Es que, durante muchos años, nuestras vacas han comido sin eficiencia”, dijo el experto.
“Debemos enseñar a manejar la cosecha del pasto, por parte de los animales, de una manera más eficiente, más direccionada y ajustada a los requerimientos de cada categoría”, agregó.
Uno de los ejes fundamentales para avanzar hacia una ganadería de precisión pasa por administrar el pastoreo por horario, día y parcela, asignando recursos que permitan aumentar la carga animal.
“En nuestra empresa, manejamos pastoreo horario en vacas con cría al pie y mantuvimos el 95,5% de preñez, dándoles 4 horas diarias, con recursos forrajeros de calidad. Hemos llegado a manejar 19 mil cabezas dando 4 horas por día de alimento.
Otra de las herramientas que se incorporó con éxito al manejo del establecimiento es el uso de cuatriciclos. En este caso, permitió que una sola persona pueda manejar hasta 1.400 cabezas y hacer cambios diarios de parcelas en todos los potreros.
“El cuatriciclo es un elemento fundamental para la ganadería,  puede llegar a ser equivalente a la siembra directa en la agricultura. Es un medio de transporte rápido en el campo, que permite ganar eficiencia. Eso amerita una fuerte capacitación del personal para usarlo adecuadamente, pero sobre todo un cambio de mentalidad”, finalizó.