Autor: Escribe: Gastón Fernández Palma / Fecha: 21/01/14
Estrategia para el desarrollo de la cadena de valor
En los últimos años el maíz pasó de ser un grano excedentario en el comercio mundial a ser el recurso renovable más valioso. Esto se dio como consecuencia del crecimiento que viene mostrando a nivel mundial la transformación de maíz por parte de las distintas industrias que separan sus componentes, como las moliendas húmeda y seca, el bioetanol y las industrias vinculadas con la nueva bioeconomía como el biogás.
A diez años de la fundación de MAIZAR, encontramos que la estrategia es la base de nuestra actividad. El entorno interno y externo está en constante cambio, los escenarios de todas los eslabones se modifican y es indispensable poder anticipar y prepararse para aprovechar las oportunidades, superar los desafíos y evitar las amenazas. Al tiempo que colaboramos para que la cadena del maíz y sorgo argentino sea más fuerte y más unida.
El contexto de gran demanda de energía y alimentos viene otorgando grandes posibilidades a los países en desarrollo como Argentina que tienen como base económica a las cadenas agroindustriales. Sin embargo, cada oportunidad viene acompañada de una serie de amenazas que nos exigen estar correctamente preparados, capacitados y organizados.
Los desafíos son cada vez mayores y para enfrentarlos necesitamos estar unidos hacia adentro, pero también desarrollar nuevas alianzas. Con este objetivo, en 2013 presentamos la Alianza Internacional de Maíz, MAIZALL, junto con nuestras contrapartes de Brasil y Estados Unidos. El trabajo que desarrollaremos desde este espacio será muy importante en el futuro dado que las barreras al comercio y los argumentos en contra del uso de la tecnología moderna para la producción de grano de maíz y los productos de su transformación son cada vez más significativos y basados en justificaciones cada vez más complejas como el principio precautorio, la teoría del cambio en el uso de la tierra o el etiquetado, entre otras, que se intentan fundamentar con argumentos ambientalistas que en muchos casos no tienen sustento científico alguno.
Hacia adentro vemos que la economía argentina comienza a mostrar algunas dificultades como el nivel de inflación, los diferentes tipos de cambio o la escasez de divisas en el mercado interno, la carga fiscal, las barreras a las exportaciones, etc. Esto implica un gran desafío para nuestro sector y para nuestra cadena de valor, que tiene una gran capacidad para generar divisas, exportaciones y empleo, pero al mismo tiempo un gran reto para convencer a los tomadores de decisiones y a nuestros conciudadanos del valor que tienen las actividades que desarrollamos.
Necesitamos un fuerte nivel de compromiso hacia el interior, una gran capacidad para escuchar y entender los planteos y los reclamos de quienes no creen en nuestro potencial y así seguir trabajando por un futuro próspero. En conclusión, vemos que el concepto de cadena de valor es cada vez más importante, tanto en el desarrollo interno de nuestro país como en el internacional. Debemos seguir trabajando sobre la base de la estrategia de nuestra cadena para superar los obstáculos y lograr los objetivos deseados.