Autor: Jorge Barton – Ingeniero Rural Profesor Adjunto - Cátedra de Maquinaria Agrícola - Facultad de Ciencias Agrarias Universidad Nacional de Lomas de Zamora / Fecha: 25/01/12
El cultivo de maíz representa uno de los mayores desafíos económicos para productor agropecuario. A este cultivo se destinan los mejores lotes demandando una importante inversión en insumos y maquinarias.
Una siembra eficiente es la principal responsable del éxito o fracaso del cultivo. A partir de ésta todos los trabajos culturales posteriores servirán para mostrar el máximo potencial que el cultivo nos ofrece, o simplemente serán paliativos para disminuir una caída en el rendimiento.
Un factor crítico al momento de la siembra es la distribución espacial de la semilla, la cual debemos valorar en sus tres dimensiones: distancia entre hileras, distancia entre semillas en la hilera y profundidad de siembra.
La uniformidad entre plantas (ancho de hilera x distancia entre plantas) nos asegura que no exista competencia por agua, luz y nutrientes, logrando un crecimiento uniforme del cultivo, rápida cobertura de malezas y mejor aprovechamiento de todos los tratamientos fitosanitarios y de fertilización.
La profundidad de siembra uniforme nos da una emergencia homogénea, que evita el atraso en el crecimiento que inevitablemente ocurre en las plantas de nacimiento tardío.
Cuáles son los factores de la sembradora que afectan estas variables.
En primer lugar podemos afirmar que no existen sembradoras buenas o malas, existen sembradoras bien o mal reguladas, y ahí sí es posible diferenciar maquinas con regulaciones sencillas y precisas de otras que tienen un grado de dificultad mayor para su puesta a punto, lo que trae como consecuencia que las regulaciones no se hacen, o son mal efectuadas.
La profundidad de siembra se controla generalmente por ruedas limitadoras, de preferencia dos, ubicadas lo más cerca posible de los discos abresurco y del tubo de descarga de semilla, su mecanismo de ajuste debe estar libre de cualquier impedimento que dificulte su fácil desplazamiento. El eje de las ruedas, los rodamientos y bujes no deben presentar desgastes que comprometan un rodaje uniforme de las mismas.
Los cuerpos de siembra tendrían que estar tomados al chasis por barras paralelas deformables (paralelogramo) que aseguren un movimiento hacia arriba y abajo en forma perpendicular al suelo. Si existe desgaste o juego en estas articulaciones se genera desuniformidad en la profundidad de siembra.
Los sistemas de presión de los cuerpos de siembra deben permitir su regulación según la dureza del suelo, o los accesorios de labranza que puedan estar montados en la unidad (maquinas de siembra directa). Hoy existen en el mercado sistemas de empuje de la unidad, regulados por aire comprimido, que aseguran una regulación homogénea y sencilla de todas las unidades a la vez.
La distancia entre hileras no presenta mayor dificultad en los ajustes, o es fija o permite regularse a medidas predeterminadas como 525 ó 700 mm. El desplazamiento de las unidades sobre el chasis se realiza por medio de abrazaderas, es importante que no existan interferencias con el sistema de transporte o componentes del tren cinemático que impidan una regulación equidistante en todas las unidades.
También se debe considerar a los sistemas que aseguren una distancia uniforme entre sucesivas pasadas de la sembradora (marcadores mecánicos, guiado satelital). Siembras equidistantes permitirán el uso de cabezales de cosecha con número de hileras diferente al de la sembradora.
Actualmente los sistemas de guiado satelital nos aseguran tener una precisión de 20 mm o menor entre pasadas sucesivas, distancia más que suficiente para lograr una siembra correcta. Modelos más avanzados permiten colocar los receptores de señal en la maquina sembradora, siendo ésta la encargada de generar la información para el guiado del tractor, dando así una precisión aun mayor.
La regulación de la distancia entre semillas (plantas por metro lineal), es crítica a la hora de tener un planteo uniforme.
Todo el conjunto de tren cinemático es responsable de obtener un planteo uniforme, desde el patinamiento de la rueda de tracción, el correcto ajuste de las cadenas de transmisión, hasta la elección del disco de siembra.
Si nuestra máquina utiliza un sistema accionado por una rueda de tracción, debemos corroborar su correcta presión de inflado, y que la misma gire sin dificultad, evitando patinamiento.
Cada vez es más popular el uso de sistemas de tracción a través de motores hidráulicos comandados por el monitor de siembra, los cuales permiten generar tasas de siembra variables en tiempo real. Estos sistemas son sumamente confiables, ya que eliminan errores producidos por patinamiento de la rueda. Por lo tanto demandarán un tractor con circuito hidráulico capaz de cumplir con las exigencias del sistema
Debemos también asegurar que toda la transmisión del movimiento (cadenas, ejes, cables de acero) se encuentre en perfecto estado de conservación, sin juego o desgaste que impliquen una pérdida de velocidad de los ejes. El buen mantenimiento y lubricación de los mismos es fundamental a la hora de mantener la precisión de siembra.
Está claro que el mayor responsable es el dosificador de semillas; los hay mecánicos (placa perforada) que requieren del uso de híbridos calibrados, o los hay con sistema de dosificación neumático, que dan más flexibilidad a la hora de elegir el hibrido a sembrar.
Por último, la elección correcta de la placa de siembra (sea mecánica o neumática) es fundamental. Se debe evitar el uso de placas que por el tamaño de su orificio puedan generar el doble planteo de semillas. El correcto ajuste de enrasadores y gatillos de expulsión de semilla evita que se generen daños mecánicos en ésta. La presión o vacío, según sea el sistema en la maquinas neumáticas, deberá ser suficiente para mantener la semilla adherida a la placa sin que la afecte el movimiento del cuerpo de siembra, pero no tan intensa como para que más de una semilla quede atrapada en cada orificio.
Las ruedas compactadoras de semilla son elementos de labranza previa, que junto con las ruedas tapadoras, deberán contar con sistemas que nos aseguren poder regularlos de acuerdo a las condiciones del terreno, humedad, y cantidad y tipo de rastrojos.
Un capítulo aparte merece el monitor de siembra, que deberá tener funciones de alarma para poder generar un planteo homogéneo, regulará la densidad de siembra y permitirá uso de los sistemas de siembra de precisión (por ejemplo variaciones de dosis, o manejo individual a cada cuerpo).
Finalizando, recuerde que una buena siembra es el principio de una mejor cosecha, y que ésta depende enteramente de Usted, todo el tiempo que invierta en el mantenimiento de su sembradora será en beneficio de lograr planteos uniformes, rapidez en la siembra, y menos detenciones por rotura durante la misma.
Capacítese y capacite a sus operadores, lea atentamente los manuales de operación, y sepa cuáles son aquellas áreas críticas de su máquina. Así usted estará preparado al momento de enfrentar cualquier dificultad durante la siembra, y logrará evitar costosos atrasos y reparaciones de emergencia.