Autor: Alfredo Paseyro / Fecha: 25/01/13
En el campo de la genética aplicada al mejoramiento vegetal, el maíz es el gran protagonista tecnológico a nivel nacional, regional y mundial, concentrando los mayores presupuestos de las empresas en investigación y desarrollo para brindarle año tras año nuevas y mejores alternativas al productor.
En la rica historia del maíz, la biotecnología ha sido la herramienta complementaria que acompañó la mejora genética y que ha permitido el desarrollo e incorporación de nuevas fronteras agrícolas y técnicas de producción, del manejo en las fechas de siembra, de una sostenibilidad del ecosistema, de la disminución de gases efecto invernadero. Pero, por sobre todo, se han mejorado constantemente los rindes permitiendo atender una demanda creciente de alimentos a nivel mundial.
La adopción de estas tecnologías se ha dado en un corto período de tiempo. Hoy nos encontramos que en menos de 15 años las empresas maiceras nucleadas en la Asociación Semilleros Argentinos aportan más del 95% del área sembrada de maíz con materiales que cuentan con modificaciones genéticas, las cuales han facilitado la utilización de nuevos herbicidas para el manejo de malezas y aportado resistencias contra el daño de plagas que en otras épocas significaban enormes pérdidas a cosecha.
El avance tecnológico ha evolucionado y la acumulación o apilamiento de genes es el nuevo término que ha tomado relevancia en los últimos años. En la actualidad el cultivo de maíz en Argentina cuenta con la aprobación de 20 eventos biotecnológicos de los cuales 8 son apilados, a tal punto que en la última campaña casi el 50% de la superficie sembrada de maíz contaba con dos o tres eventos acumulados.
Cabe destacar que, como toda tecnología, es fundamental hacer un uso responsable de la misma, no abusar de ella y atender las recomendaciones que las empresas hacen en su asesoramiento técnico al productor, cumplir con los programas de refugios y un manejo profesional del paquete tecnológico para el manejo eficiente del cultivo.
Varios estudios de proyección económica nos hablan del crecimiento no solo en cantidad de población sino también en sus niveles y calidad de vida lo que traerá indefectiblemente una mayor demanda de alimentos, con diferentes cualidades nutricionales pero por sobre todo producidos en forma eficiente. Para cumplir con este compromiso, el uso de la biotecnología es una herramienta que hoy la ciencia nos pone a nuestro alcance y las empresas hacen uso de ella para ofrecer la mejor semilla.
Como conclusión, estamos ante un mundo de cambios tecnológicos permanentes. Enfrentar estos desafíos en forma aislada es muy difícil. Por eso, destacamos la importancia que tiene la alianza estratégica MAIZALL entre Argentina, Brasil y Estados Unidos para la difusión y comunicación a nivel mundial de los diferentes conceptos que hacen a la biotecnología, la participación en el debate de seguridad alimentaria y para la atención a la mayor demanda de alimentos, que cuenta con todo el apoyo de la Asociación Semilleros Argentinos.